¡Coño! ¿Cómo ha podido pasárseme? Con lo atenta que estaba yo al calendario...
Pues fíjense que hace poco más de un año, el 29 de enero de 2010 (el mismo día en que recuperé a un viejo amigo al que, por cierto, creo que he vuelto a perder...)
me compré un piso. Bueno, para ser fiel a la realidad, no es un piso, es un bajo: mi bajo, mi casa.
Para mí, que desde que me he emancipado el máximo tiempo que he vivido en la misma casa han sido 2 años (he habitado un total de 14 casas en 18 años) el hecho de comprarme una significa mucho, muchísimo. Es una declaración de intenciones. Una apuesta que nunca, hasta ahora, me había atrevido a hacer.
Y estoy encantada, porque mi casa es perfecta para mí.
Tendrían que verla.
6 comentários:
Felicidades.
Además es una casa encantadora.
¡Qué envidia!
Cuando quiera, Sir, pase usted a tomarse un te con pastas. En el patio, por supuesto.
Sí que lo es,Porto, al menos para mí. Y un escaparate genial (de dentro a fuera y vicerversa...).
felicidades y que la disfrutes muchísimos años mas.
Sí, claro, para que me dé mas envidia todavía ¿no?
Te lo agradezco de todo corazón. Y que sepas que si estuviera más cerca era capaz de presentarme. ¡A ver si te pensabas que no!
:-)
Pronto la conoceré en persona.
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