quinta-feira, 29 de julho de 2010

El patio de mi casa

El patio duerme
A las 7 de la mañana acabo de preparar el te y las tostadas. Abro la puerta del patio, coloco la taza y el plato en el suelo, al lado de la escalera, y me siento en el primer escalón, a desayunar.

Los árboles se mueven ligeramente con el viento. Se escucha el canto de al menos 4 tipos de pájaros distintos y el maullar de algún gato vecino. Todo parece dormido aún.

Mi hermano aparece en la ventana de su cocina y levanta los brazos para saludarme, desde el edificio de enfrente, más allá del patio y de los naranjos.

Al levantar el brazo para responder a su saludo soy consciente, de nuevo, de que se puede llegar a ser feliz echando de menos.

5 comentários:

NáN disse...

Qué chulo, Filla. Se siente el silencio y la brisa de la mañana.

A filla do mar disse...

La verdad es que sí, NáN, para mí es muy chulo. Y me recierda a tu casa (perdonando la comparación...).

Me gusta mucho y me imagino de viejecita, regando las plantas y recibiendo a mis nietos.

Anusky66 disse...

Una casa así tiene que transmitir mucha calma ,maravillosa forma de empezar el día.
Un beso

Iván disse...

Con ser consciente de que se está siendo feliz, de cualquier manera, ya me parece muchísimo.

¡Me alegro!

Un beso.

Félix disse...

A ver si la conozco pronto.
Bicos.