A los de casa, las manos nos huelen a pan.
Me gustan las canciones que dicen “so beautiful”.
Cuando me pregunto “dónde me gustaría estar ahora?” casi siempre pienso en una playa. Hoy Cibrán se va de vacaciones. Se va...
El diminuto centro del universo ha perdido la inercia de su giro y ya no rota, se tambalea como un juguete infantil.
La nada más vacía, el oscuro. Esa luz que ciega y el sol impertinente
que te restriega que da todo igual:
la vida, querida, va a seguir aquí, contigo o sin ti.
Esta vez el abismo es propio y no hay roca a la que asirse.
Si por lo menos fuésemos capaces de lanzarnos,
tal vez tendríamos la suerte de morir en la caída.
1, 2, 3 si abro los ojos ahora, todo habrá acabado.
4, 5, 6 ... nada.
Me asfixio.
Abrir la puerta, salir corriendo.
Marcharme, intentar marcharme
sabiendo que he dejado la puerta abierta,
que puedo volver.
Cobarde, gallina, capitán de la sardina.
La derivada racista de la DANA
Há 18 horas