De repente, me sorprendo leyendo lentamente cada cartel,
cada anuncio, cada etiqueta. Deletreando, silabeando, corrigiendo sonidos que
parecen lo mismo pero no lo son, aclarando que aquí suena así y aquí de este
otro modo...
De repente, como si alguien hubiese apretado el botón de
encender, no dejamos de hacer sumas (tres más tres más tres más tres...) y
restas, de intentar resolver dudas, de borrar y pintar de nuevo hasta que
conseguimos que la nube parezca una nube y el mar un mar, y no al revés.