cambiar?
¿Modificar la actitud, el comportamiento, la reacción ante determinadas circunstancias?
¿Controlar nuestros instintos, nuestros sentimientos, dominarlos y alterarlos a voluntad, colocándolos donde deseamos que estén?
¿Será posible convertise en otra, en esa que realmente queremos llegar a ser?
La derivada racista de la DANA
Há uma semana
40 comentários:
Definitivamente NO!
Creo que por mucho que lo intentemos nos adaptamos a las circunstancias y entornos, incluso algunas veces, cínicamente, nos comportamos como creemos que deberíamos, pero en el fondo seguimos siendo la misma persona de siempre.
El paso del tiempo hace que modifique nuestro comportamiento, lo que vamos aprendiendo (bueno o malo), los acontecimientos de nuestra vida.....todo influye en las personas, lo absorvemos todo, solo hay que fijarse en los niños.
Siempre podemos mejorar como personas, eso lo creo firmemente.
Pues MyT, yo creo que sí, que en cierta medida sí se puede. Lo que no acabo de ver claro es hasta donde.
Hay situaciones, acontecimientos en la vida de uno, que pueden provocar un cambio sustancial en su manera de ser, de afrontar y entender la vida. Y esa persona deja de ser como era y llega casi a convertirse en otro.
Por eso me pregunto si ese camio no podría realizarse de manera voluntaria.
No pienso igual, es lógico que cambiemos con el tiempo, la madurez, los acontecimientos voluntarios o involuntarios pero nuestro fondo es el mismo, demostrado externamente de otra manera pero el mismo.
No cononozco a nadie, familia, amigos, colegas de trabajo.....a nadie! que haya cambiado con los años, que su fondo haya cambiado, siguen teniendo los mismos "dejes".
¿Tu conoces a alguien que haya cambiado?
Mi ejemplo más directo soy yo, lógicamente no soy la misma que era a los 15 o 20 años porque gracias a dios he evolucionado, pero mi forma de ser es la misma, no hay manera de que cambie! Otro ejemplo directo, mi hermana, siempre nos hemos llevado tirando a mal pero ahora tenemos una relación sorprendentemente buena y ¿por qué? Porque nos hemos llegado a conocer de tal forma que hemos aprendido a llevarnos bien, y hemos vivido situaciones donde nos hemos demostrado “lealtad”, eso nos ha cambiado pero en el fondo las dos seguimos siendo igual que antes, no ha cambiado nada más que lo que el tiempo nos ha mostrado.
Otra cosa es cuando somos padres, pues sí, supongo que eso si que hace cambiar a una persona.....aunque claro como yo no soy madre no puedo opinar, por cierto, típica frase de la cual estoy bastante en desacuerdo y que valdría para otra entrada en el blog.
La maternidad a mí me ha cambiado, sin duda. Principalmente en lo que se refiere a prioridades.
Y me ha valido para acercarme más a mi madre, por ejemplo, a sus sentimientos y modificar mi relación con ella.
Pero me refiero a cambios en la esencia de uno.
Yo creo que una parte de mí ha cambiado, una parte de esa base que me define. Pero no ha sido un cambio voluntario sino que fue provocado por una experiencia muy intensa. Y me encantaría poder encontrar el mecanismo que hace eso posible.
Cambiar, está claro que cambiamos. La vida nos cambia.
La cuestión es si eso puede hacerse voluntariamente, buscando un resultado o tratando de dejar atrás algo de nosotros que no queremos.
Yo creo que es posible cambiar de manera consciente y casi por completo voluntaria.
Un ejemplo: yo.
Pero creo que es posible... si se puede.
Me explico: creo que es un proceso trabajoso, difícil y que no está al alcance de cualquiera. Creo que pasa por conocerse, por entenderse, por comprenderse a fondo, y, luego, por trabajar sobre eso, sobre nuestras razones, nuestros deseos, nuestros miedos, etc. Y creo que no todo el mundo puede, porque hace falta la actitud adecuada y yo diría que también la capacidad: es necesario ser capaz de acercarnos de ese modo a nosotros mismos, es necesario asumirnos, y es necesario entenderlo todo. Y eso es difícil; y sacude demasiadas cosas y nos deja demasiado desnudos. Y no todo el mundo está dispuesto a pasar por eso.
Pueden guiarnos, ayudarnos, y pueden motivarnos desde fuera. Pero hay otra condición: el cambio tiene que ser por y para nosotros; lo de cambiar para alguien no funciona (ojo, distinto es que ese alguien nos dé la fuerza que de otro modo no tendríamos). Debe de ser algo profundamente deseado "para" nosotros mismos.
(Como salta a la vista para quien me conozca, me influye mucho en mi visión de este tema mi experiencia con el psicoanálisis.)
Ahora bien, no tengo ni puta idea.
(Lo aclaro porque cuanto más lo pienso más dudas me asaltan. Por ejemplo: ¿esos cambios que yo considero viables son ilimitados, a la carta, o por el contrario son posibles solo dentro de unos márgenes, entre unas opciones que siempre estuvieron ahí, formando parte de nosotros, aunque dormidas, dominadas, en potencia? A mí me da la impresión de que consisten sobre todo en desembarazarnos de límites, de lastres, de cosas que nos están perjudicando la vida. Librarnos de ellas y dar salida a la parte que preferimos, que ya formaba parte de nosotros, pero que estuvo eclipsada.
Incluso esta lectura me parece más compatible con una perspectiva meramente física, genética, y de neuronas sinaptando por ahí.
¿?
¿Hay algún psicólogo en la sala? Está bieeeen, vale junguiaaaano...
¿Y algún médico?)
Yo no sirvo para contestar estas preguntas.
Si hablo voy a decir la conachada más grande jamás dicha en este blog.
Venga va!
Es que no sé a qué os referís con eso que puede cambiar o no!!
¿es la identidad? en ese caso no puede cambiar, por definición.
STOP. Imposible de responder para uno que se pregunta ¿quien soy yo?
Lo siento!
Taliesin, que pena!!!
Estaba esperando tu intervención como agua de mayo.
Siento no tener tiempo para leer todos los comentarios y entrar en la conversación, así que no tengo más remedio que dar mi aportación en plan monólogo.
Yo sí creo que cambiamos, claro que cambiamos. Cambiamos más o menos en función de la intensidad de las experiencias que vivimos y también de lo receptivos que seamos a esas experiencias. No hay más que observar a conocidos y desconocidos como se van puliendo a medida que la vida los va curtiendo. Pero también hay un fondo insoluble, inquebrantable. Piedra del ser siendo uno mismo.
Esto que parece contradictorio, no lo es tanto porque creo que sé a qué cambios se refiere a filla do mar: al de nuestro comportamiento con los demás. Y esta parte estoy seguro que se puede cambiar, al menos por experiencia propia.
La vida nos cambia. El reproche mayor que me hace L es "ya no eres el que eras".
Haciendo un gran esfuerzo, puedes deshacer los cambios de la vida y volver a parecerte al que eras.
Personalmente, no creo que pueda aspirarse a nada más.
El palabro, muy adecuado, es "reversi"
Nán,
El reversi, ¿hasta donde lo prolongas hacia atrás? ¿hasta antes de haber nacido, donde es posible contemplar, según se dice, el rostro original?
¿Me vais a consentir este punto zen por mucho tiempo?
No solo te lo permito (yo), sino que te lo agradezco. Pero me bastaría con la reversión a "ese" que mi compañera hecha en falta. Cambiar a lo que fui.
Del más atrás, se puede hablar. Y eso que creo que de lo que no se conoce no se puede hablar. Pero no tan atrás como propones tú.
Taliesin, una duda:
que es exactamente la "identidad"?
Lo del punto zen... eternamente, creo. ;-)
Tú sueñas, Filla. ¿Cómo te va a responder a eso?
A no ser que empiece con lo de tu púpila azul, y todo eso...
Voy a toda chispa, así que no resumo. Léase, si a bien se tiene.
http://www.filosofia.org/rev/bas/bas22501.htm
Sirwood
Quesque se lo tienen que dar todo pasado el turmix.
Por ciento, ¿'el turmix' o 'la tumix'?
S.
r
La 'r' hurtada, que luego vienen con reclamaciones.
S.
Pero usted ha visto qué tocho?!!!!
No podría hacernos un resumen? Lo que se llama una reducción, por seguir con el tema culinario.
Yo le llamaría LA turmix, por aquello de que es una maquinita. Igual que LA thermomix.
Qué gran invento, la Thermomix!!!
¡Sí, hombre, de Gustavo Bueno voy a leer yo algo! Una vez empecé "El mito de la cultura" y casi me da una apoplejía, ya en la primera página.
Eso quiero saber yo, filla. ¿Qué es? La idea de individualidad se fundamenta en el supuesto de que algo tiene que permanecer igual a sí mismo. Caso contrario, si algo se convierte en otra cosa, sería absurdo.
Pero la filosofía ha intentado resolver el problema, hablando de esencia y accidentes. Lo que cambia son los accidentes y lo que permanece es la esencia.
En el budismo se dice que no existe esencia o que la esencia es el cambio permanente. En vez de esencia pon identidad y ya tienes la respuesta que da el budismo.
Yo no tengo respuesta, lo que tengo es la pregunta ¿quien soy yo? (la pregunta por la identidad). La respuesta la tienes que obtener por ti mismo. Aquí la fé unicamente sirve para saber que vas a tener respuesta. Pero el mecanismo que activa la respuesta es la duda (esa es la forma budista de obtener respuestas).
Perdona por este rollo, pero es lo que me está saliendo. ¿tendré unha identidad coñazo? Ojalá todo cambie y sea algo transitorio. risas!!!
Nán, O sea que tu identidad te la da tu compañera, qué bonito es el amor!!
Ay! Dios mío! Menos mal que ni siquiera me he leído el título.
Yo sería yo si las circunstancias fueran otras?
Pues creo que no.
Así que la respuesta del budimos me convence bastante.
Pero claro, a la vez también creo que mi respuesta a las circunstancias, a las experiencias, es la que me define. Quiere eso decir que yo no puedo cambiar esa respuesta, porque, de cambiarla, dejaría de ser yo?
Pues no, no lo creo.
Así que me parece que yo también considero que la identidad es el cambio constante (me convence y me gusta).
(No hagas caso a Taliesín, Filla. ¿No ves que nunca se puede tener una discusión de andar por casa, con él?)
Pero si no me ha hecho caso, Porto: no te preocupes. O acaso has observado que anda preguntándose por las esquinas como una posesa: ¿quién soy yo?
jajaja
Hasta 1978, en España había dos tipos de personas: las que habían leído a Gustavo Bueno, y las que no habían leído a Gustavo Bueno.
A partir de 1978, en España hay dos tipos de personas: las que tienen Thermomix y las que no tienen Thermomix.
Existe un relicto endémico: los que no nunca han leído nada de Gustavo Bueno y tampoco tienen Thermomix. Son seres amables, bondadosos, románticos, sin envidia y sin maldad. Uno conozco.
S.
Taliesin, pensaba empezar ahora, al salir del trabajo. Como tengo la tarde libre...
Yo tuve Thermomix, pero la regalé. Eso en que lugar me coloca?
(A Gustavo Bueno soy incapaz de leerlo sin quedarme profundamente dormida. Buena señal, no?)
Usted misma. Yo, si algún día llego a comprender quién soy (lo cual tendrá que ser accidentalmente, porque no tengo el más mínimo interés en averiguarlo), no se lo pienso decir a nadie.
S.
No me extraña. Usted se especializa en decir casi nada a nadie.
Taliesin, la identidad es asunto de los otros. ¿Sabe que hay una tribu nativa de Estados unidos en la que las personas tienen dos nombres, el normal y el verdadero? El normal es el que les ponen de pequeñines; el verdadero es el que lesponen cuando han muerto y, deliberando acerca de cñomo ha sido su vida, lo "bautizan" para siempre.
Ahí está la madre del cordero: la identidad nos la dan los otros.
Por eso que cuando elegimos pareja elegimos nuestra futura identidad (si bien es cierto que también influye nuestra presente y pasada identidad.
Y de ahí la importancia de la comunidad (eclesi, sangha) en las prácticas religiosas. Ésto último me había quedado con ganas de decirlo en "Hipatia" cuando se aludía a la vivencia individual de la religión.
¡Ostras! Un acuerdo: ¡Abramos el cava!
Hombre!!
El famoso dime con quién andas...
Ven ustedes? Tantas vueltas y miren a donde llegamos.
Venga, va! Cava para todos!!!
Chin, chin!!
Se van ustedes por las ramas. Por ramas interiores y muy altas, pero ramas al fin y al cabo.
Y la culpa es de...
Pero centrémonos en los demás, si insisten: en lo que ven los demás, en nuestro comportamiento, ¿podemos cambiar?, ¿podemos hacer eso que proponía Filla?
Yo, que creo que eso es manifestación de un cambio interno, digo que sí.
Buon giorno.
Es curioso que cuando estaba teniendo la impresión de que la conversación había tocado algo, quizás el tronco, llegue Portorosa y asegure que no, que son las ramas. ¿Qué pasa? ¿eres abstemio o no te gusta el cava?
Lo que ven los demás es una proyección que nos sitúa en el mundo de una determinada manera. Actuamos en el mundo negociando esas proyecciones con nuestra perspectiva (creada por anteriores proyecciones y negociaciones).
Vistas así las cosas ¿no crees que andarse por las ramas es preguntarse por los cambios visibles por los demás? Y si no ¿de qué manera se convierte en esencial, los cambios percibidos por los otros?
Porto,
Ya que no te tomas cava, tómate algo, anda! Que me he quedado solo en la barra con la botella ...
Espero, Taliesin, que no te quedes todo el fin de semana solo en la barra,...¡que te vas a emborrachar!
Me emborracharé sí, pero en Lugo y acompañado: último día de la feria de San Froilán!
Uy, lo siento, me despisté y no volví por aquí.
Abrazos.
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