Estoy convencida de que sería niña. Los ojos claros, la piel blanca llena de pecas, el pelo rubio y ensortijado.
Se pondría colorada ante los desconocidos, bajaría la mirada y mantendría la sonrisa de dientes grandes, excesivos.
No tiene nombre. Nunca lo tuvo.
La derivada racista de la DANA
Há um dia
Um comentário:
Iba a llamarse Laia o Oriol. Nombres sin traducción, ni versión en otras lenguas. Nombres de la tierra donde nacerían. Nunca nacieron. Los que juntos soñamos, nunca nacieron. Aunque vinieron otros.
Al poco tiempo de nacer Maria, él tuvo una hija. Le puso Laia.
Qué curiosa la vida....
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