Toca cenar judías. El conflicto ya lo veo venir, pero, aún
así, me armo de paciencia y no me rindo.
-
No me gustan.
-
No lo sabes si no las pruebas.
- Es que ya sé que no me gustan.
-
Las comiste un montón de veces y te gustaron.
Y así, un rato. Cuando la cosa ya no da para más, me pongo
seria, muy seria. Y él, viendo que ya no le quedan argumentos ni armas para
defenderse o atacar, me espeta:
-
Es que ya estoy cansado, mamá. ¡¡Me voy a África!!
Tuve que contener la risa mientras le decía que él no se iba
a ningún lado, ni a África ni a la vuelta de la esquina, sin mi permiso y el de
su padre. Que para ir a África tendría que ir con nosotros o ser muy mayor para
poder ir solo.
Um comentário:
Seguro que sí.
http://madredemarte.wordpress.com/
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