No parecía que la vida los hubiese tratado demasiado bien.
Él empujaba el carrito y lo iba llenando mientras ella y el niño hablaban de fútbol, creo.
Se paró en la zona de higiene personal:
- Mira, este botecito pequeño está bien para ir al gimnasio, ¿no?
- Pero es muy pequeño.
- Ya, pero puedo rellenarlo.
- Sí, papá, cógelo que está muy chulo.
Lo metió en el carro junto al resto de las cosas.
En la cola de la caja, ella abrazaba al niño y le besaba los párpados mientras este no dejaba de contarle cosas sobre sus compañeros de equipo. Sin dejar de abrazar al niño, observó lo que habían comprado:
- Seguro que se nos queda algo
- Seguro. Si hubieses traído la lista...
- ¿Qué lista?
- La de la compra.
- La lista soy yo.
Se miraron los tres y, después de un segundo, se echaron a reir.
Ella comenzó a alejarse con una bolsa en cada mano. Él cogió la que quedaba y, con el brazo libre, rodeó los hombros de su hijo.
- Pues este sábado, si no llueve, podemos organizar un partido.
7 comentários:
Podemos hacer estadísticas, pero al final la felicidad o la desdicha siempre nos sorprenden.
Y está muy bien, cuando la que nos encontramos es la felicidad.
Besos.
Qué bonita imagen, sencilla y bonita!
(No te entiendo Porto, ¿qué quieres decir con eso?)
María
Pues me refería a que, según el post, parecían tener motivos para no estar muy contentos; y, sin embargo, al menos en ese momento lo estaban.
Pero también puedes entender mi comentario cogido aisladamente: la vida es sorprendente.
Beso gordo.
Entendido. Completamente de acuerdo.
Besos.
María
Me sorprendió, sobre todo, el cariño de la madre. La manera de hablar con el niño y cómo lo besaba y lo abrazaba.
Y cómo se rieron los tres, la complicidad y la confianza.
Lo que vi, o lo que quise ver.
Muy bonito! Por desgracia estas situaciones nos llaman la atención...ojala no fuera así.
No sé, MYT, en el sentido de la felicidad o en el de la infelicidad, nos hemos acostumbrado a no mirar, a no ver. Seguro que pasan constantemente a nuestro lado cosas que se nos escapan.
Filla se está convirtiendo en una recopiladora espléndida de instantes personales intensos y felices.
Yo soy de la escuela que define el personaje de El Crack (la única película de Garci que me gusta) en voz en off al principio:
"Ando mucho, miro mucho, y lo que veo no me gusta nada".
Primero es mirar, obligarnos a mirar. Entonces es cuando de pronto empezamos a ver.
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