terça-feira, 1 de setembro de 2009

Como casi siempre II

Mira, me llega con el hijo que tengo, ¿sabes?
No sé si me entiendes. Así que a ver si ocupas de una puta vez el lugar que se supone que tienes que ocupar y te preocupas de algo más que no sea tu propio culo.
A mí también me encantaría irme de cañas después de trabajar, que es que igual te crees que no lo hago por gusto, pero es que tenemos un hijo, no se si te acuerdas, y hay que bañarlo y darle la cena. Y para poder hacerla hay que ir a la compra, que lo mismo piensas que lo que hay en la nevera nace por generación espontánea.
¡No, hijo, no! Y la ropa tampoco se va solita a la lavadora, ¿eh? Aunque a ti te lo parezca.

¡Que estoy harta, joder, harta! Y cansada, estoy derrotada, siempre. Y tú sigues igual, sin mover un dedo, sin preocuparte por nada, ni una puta responsabilidad. Tu trabajo y punto. El resto es todo cosa mía. Y ya no puedo más, de verdad, te juro que ya no puedo más. Prefiero estar sola a creer que tengo una compañía que nunca llega.

Y no pises ahí, ¡coño! ¡Que está fregao!

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Tan sólo pretendo poder ser yo misma a tu lado.

11 comentários:

carol disse...

Cada vez me gusta más leerte :)

(es que hoy no tengo ganas de comentar nada sobre esta situación que cuentas, que, por otro lado, me resulta taaaaan familiar)

Un abrazo muy grande.

A filla do mar disse...

¡¡¡GRACIAS CAROLAINE!!!

Me hace muchísima ilusión que te guste.

La situación no es autobiográfica,eh? O bueno, mejor dicho, podría serlo pero no del presente.

Creo que es una escena muy habitual, incluso en parejas bastante jóvenes. Ahora habría que escuchar la otra versión...

Anônimo disse...

No me gustan nada los espejos. ¿Para qué sirven?.

Voy a trabajar, y luego haré la comida, la lista de la compra ya está hecha. A ver si trae todo lo que está apuntado en ella...
La ropa que planché ayer está esperando aún a ser colocada donde corresponde.
Bonito día.

Bicos.
LLS.

carol disse...

Bueno, yo tampoco lo decía por mi... era solo lo familiar de esa tendencia que tenemos algunos a cargar con todo y esa otra que tenemos otros a descargarse de todo.

Pero com tú bien dices siempre hay otras versiones de una misma historia.

Y no me des las gracias, mujer... qué cosas.

P.D.: Me gustó mucho tu entrada del día 25, no comenté porque sigo pensando en ello.

Besos.

A filla do mar disse...

Buf! Sobre el tema de las versiones (y sobre la situación de desigualdad de las mujeres) podríamos hablar durante horas.

Es un tema que me interesa mucho, sobre el que he pensado y pienso habitualmente y desde luego mi opinión ha cambiado mucho, muchísimo, con la maternidad.

El tema sexual... también ocupa gran parte de mis pensamientos. A mí, con mi tendencia a catalogarlo todo (deformación académico-profesional, supongo) me apasiona pensar que puedo albergar una enorme gama de grises, en este y en otros aspectos.

Pero comenta, comenta, que la opinión de otras mujeres me interesa muchísimo.

Un beso para ti también.

NáN disse...

Joder, como si no tuviera otras preocupaciones qie ir mirando el suelo.

A filla do mar disse...

¡Manda carallo, NáN!

No me esperaba yo esto de usted...

Y baja esa tapa ¡pero ya!, que yo sí me siento.

NáN disse...

sus órdenes

Elvira disse...

Hola Filla do Mar:

Te he enlazado desde el blog Las Cinco Estaciones y me parece que esta escena está muy bien descrita, está viva. Algo va cambiando, pero todavía abundan estas situaciones más de lo que sería deseable. (Muy bueno el comentario de NáN, jaja!).

Y tu relato Caraveliño me ha hecho muchísima gracia (no necesité la traducción, lo entendí todo muy bien).

Saludos

A filla do mar disse...

¡Bienvenida Elvira!
Te he visto en casa de NáN, también, y he visitado tu blog (La mirada oblícua me encantó) pero no he comentado nunca (soy una novata en este medio y leo mucho más de lo que escribo).

Yo también creo que estas situaciones abundan mucho, muchísimo y, como le decía a Carolaine, también en parejas jóvenes, con mujeres preparadas, autosuficientes, económicamente independientes. Y me da que pensar, la verdad. Creo no lo estamos haciendo del todo bien, nosotras (con muchos matices, ¡infinitos!, claro).

La historia de Caraveliño debió de ser alucinante...

Elvira disse...

Gracias, Filla. Pues cuando te apetezca comentar, eres muy bienvenida en mi blog!!

Tienes mucha razón en eso que dices de "esa tendencia que tenemos algunos a cargar con todo y esa otra que tenemos otros a descargarse de todo". Es algo que conviene observar bien. Un beso