Vengo de leer un blog recientemente descubierto y que, por afinidades y más cosas, me gusta mucho. Concretamente leía algo que me hizo recordar en lo que andaba yo pensando el pasado sábado por la mañana, en la playa.
Aunque me definiría , y desde luego actúo, como heterosexual, a lo largo de mi vida he dudado con frecuencia de mi orientación sexual. Y continúo haciéndolo.
Me explico.
Los hombres me gustan y me atraen, así es y, por lo que recuerdo, así ha sido siempre. Pero también me he sentido y me siento, atraída por muchas mujeres. La diferencia es que en este caso la atracción se basa en una cuestión estética, sin que exista prácticamente componente sexual, creo.
A mí, no lo puedo evitar, se me van los ojos detrás de un escote, de un buen culo, de unas piernas largas y esbeltas, de mujer. Y eso, con los hombres, es muy raro que me suceda.
Yo giro la cabeza por las mujeres, casi nunca por los hombres.
Y lo que dudo es si realmente la sociedad, la educación, nos ha reprimido tanto, me ha reprimido tanto, que no soy capaz de sacar a la luz esa componente sexual que subyace tras mis furtivas miradas, o si, por el contrario mi comportamiento sólo obedece al placer de admirar lo bello, nada más.
¿Ustedes, en su caso, lo tienen claro?
¿Ustedes, señoras, al ver esto, no dudan?
La derivada racista de la DANA
Há um dia
11 comentários:
Yo, clarísimo. Tuve un novio con el que me fue muy bien, pero no soportaba el ambiente y elegí mi parte hetero para vivir más a gusto.
Por lo que he visto a mi alrededor, las chicas pueden alternar de género con más facilidad que los chicos.
Me parece a mí que cuando te enamores de una mujer será cuando realmente te lances. Si es que sucede. Si no quieres esperar, puedes tener sexo con alguna de esas que te atraen y probar. ¿Por qué no? Si no hay miedo...
De todas formas, yo creo que hay más gente bisexual, que siente atracción por ambos sexos, de lo que pensamos y sabemos. ¿Y qué? Al final el sexo es algo que te llevas tú.
La educación en el aspecto sexual, la educación esa que no se ve, es la peor de todas...
Yo también creo, vamos, estoy convencida, de que la mayoría somos bisexuales. También creo que a los hombres puede llegar a resultarles mucho más difícil reconocerlo, supongo que debido a esa "educación oculta" de la que habla Magapola.
Yo nunca tuve novia, pero sí relaciones muy próximas con mujeres. Relaciones que seguramente habrían llegado a más (y pienso en una en concreto), pero que las cirscunstancias, la edad y la presión social, supongo, hicieron que nos decantásemos por la opción más fácil, la "aceptada".
Me parece muy triste no haberme lanzado en su momento, haberme perdido esa parte de mí.
Que nunca es tarde, Magapola, por suerte!
Bienvenida y muchas gracias por visitarme.
Yo, al ver eso, no tengo ninguna duda...
Madre mía.
Ya sé que nunca se sabe, pero yo, lo que suelo pensar, es que si fuese mujer sería homosexual (precisamente por ver eso), o como mínimo bi.
Pero bueno, qué sabe nadie; está claro que yo estoy ocultamente educadísimo, y se nota.
Besos.
STe felicito, porque se necesita bastante valentía para escribir de aquello que pocos hablan. La escritura siempre nos compromete, porque nos muestra.
Siempre caben dudas, porque la belleza es atractiva: y se da en los dos sexos. Desde luego, por la calle miro tanto a los chicos guapos como a las chicas guapas. L dice que más a los primeros, pero creo que se equivoca. También miro a quienes no lo son tanto: en realidad estoy mirando siempre. De toda la vida; aunque ahora, por la edad y no porque sea algo que me ha sucedido con ella, se me puede considerar un viejo verde. A una compañera del Taller le dije: "Perdona, pero si te pones esos escotes no te importe que al hablar te mire las tetas en lugar de los ojos". Por supuesto, no le importó en absoluto.
Creo que más allás del atractivo, que no solo es físico, la orientación sexual la marca mucho la sociedad. Si es normal que los estudiosos de las academias y los militares tengan novios, como pasaba en Grecia, eso sucede con mucha más frecuencia y naturalidad.
En cuanto a la bisexualidad, entendida como ejercicio real y activo de la sexualidad, disiento. Me parece que se da en una etapa de gran juventud. Después, una o uno se asienta en una postura, que es la que más satisfacción le da.
Normalmente, el homosexual prescinde de las relaciones hetero, aunque puede darse una situación en la que se salga de la pauta. Con el hetero, ni se lo plantea porque tiene miedo.
Y lo que dije de las chicas, que pueden ir y venir con más facilidad, es una época de indeterminación que se da fuera de la juventud extrema y dura más, pero, por las experiencias que he visto a mi alrededor, también acaba abruptamente, asentándose en uno o en otro lado.
En fin, no sé qué más aportar al debate.
Muchas gracias, NáN. Me hace mucha ilusión que alguien como tú me felicite. Gracias!
Yo lo de decantarse por una postura... no lo veo. En mi caso, por lo menos, creo que siempre me he decantado más bien por una persona (suponiendo que, a la hora de decidir, fuese capaz de desprenderme de todas las influencias externas), en lugar de por un sexo.
De hecho, los recientes cambios que ha sufrido mi vida, también en el ámbito sentimental, me colocaron en una posición estupenda para poder volver a elegir. Para plantearme todas las posibilidades, cuestionándome mi posición hasta ese momento.
Creo que es algo habitual entre las mujeres divorciadas, el decidirse a probar después de la ruptura.
(Conste que debo corregirme, ayer sí me giré por un hombre, bueno por dos, pero eran bailarines, y eso no cuenta...)
Buenos días!
Desde luego, je, jé, los bailarines no cuentan. Tampoco la chica de la foto que has puesto.
De todas maneras, creo que se nos ha impuesto una hipersexualización de la mirada. Se puede mirar un cuerpo convencionalmente hermoso sin que se desencadene una respuesta de deseo sexual (en realidad, creo que es lo habitual).
Yo lo miro todo, las vacas en el campo, los gatos en la ciudad, los viejos, los vagabundos, los que tienen algo curioso, también las piernas de las chicas (y de los chicos), sin que me produzcan más que el placer de la mirada.
Mirar es un placer, claro que sí. Y cada uno va aprendiendo a sacar cada vez más cosas de lo que ve.
Besos.
Una amiga mía -bisexual en principio con una relación lésbica plenamente asentada- siempre me dice que estamos demasiado acostumbrados a mirar lo que hay entre las piernas antes de lo que hay, así en general.
Ella ha tenido relaciones con ambos sexos. No sólo líos, que también. Y yo comparto su postura aunque hetero, pero reconozco que han habido por ahí chicas que me han hecho tilín, mucho tilín. :-D
Cal, qué bien que estés aquí!
Pues sí, supongo que tu amiga tiene algo de razón.
Respecto a lo de mirar, es ciertamente un placer, para mí lo es, por lo menos, mirar y escuchar, también.
Es una pena que esté tan mal visto...
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