terça-feira, 5 de março de 2013

En el umbral

Siempre me gustó cumplir años. Era algo así como ir subiendo la pendiente que te llevaba a la meta final. Después de todos aquellos años habría, seguro, un final feliz, la vida, que me esperaba.

He ido cumpliendo años, como todos. Ilusionándome y aparcando entusiasmos en la cuneta sin apenas saborearlos (yo, es que soy mucho de entusiasmarme). Cometiendo errores de los que arrepentirme el resto de la vida, de esos que lo condicionan todo y que no tienen vuelta atrás. Asumiendo, como pude, lo que me vino impuesto. Y decidiendo, claro.

Y ahora, bajo el umbral de los 40 (esos años a los que jamás creí llegar y a los que ya veremos si llego, finalmente) siento que empieza a pesarme el paso del tiempo, que me parece poco lo que me queda por delante. Temo no saber aprovecharlo e ir dejándolo pasar sin darme cuenta de eso, de que se agota.

Hace un tiempo, alguien me envió unas fotos que me parecieron impresionantes.

Es el puente Storseisundet, en Noruega. Y lo primero que pensé al verlo fue: quiero ir ahí antes de morirme. Decir esto con algo más de 30 años, puede resultar un poco exagerado, pero eso fue, exactamente, lo que sentí. Quiero ir.

Dentro de 18 días cumpliré 39. Es una edad como otra cualquiera, pero algo distinta, no? Y ya no me queda tiempo que perder.

Ahora, ya no.

7 comentários:

andandos disse...

Dentro de una semana cumplo 55, casi nada, y fui a Noruega con 52, así que todavía te queda. Probablemente te quede tiempo para todo, para todo lo importante, quiero decir.

Un saludo

A filla do mar disse...

E incluso para las minucias, José Luis... :-)

Felicidades, entonces.
Marzo es un mes muy bonito para cumplir años, no crees? El mes de los comienzos.

Gracias.

andandos disse...

Sí que es un mes bonito, marzo, al menos la naturaleza parece que comienza de nuevo, aunque me sorprende mirar algunas plantas y dos pequeños árboles (arbustos más bien) del patio de mi casa y ver que han crecido en invierno, y yo no me he dado ni cuenta. La naturaleza aquí es más escasa que allí, creo.
Respecto a las minucias, no puedo generalizar, ni dar consejos, pero con los años aprendes a que lo realmente importante se reduce a pocas cosas, y concentras tus esfuerzos en que esas cosas coincidan con tu vida, con la cotidiana, no con la vida especial de las vacaciones.
En fin, ya había leído tu blog y siempre me había gustado el tono con el que escribes. Felicidades también a ti por tu cumpleaños.

Un saludo

Anônimo disse...

Yo me sentí igual al cumplir los 39... y los 40... y los 41... con la sensación de que el tiempo ya empieza a acabarse. De que me moriré, algún día.

Habrá que aprovecharlo bien, ¿no?

¡¡Feliz cumpleaños!!

http://madredemarte.wordpress.com/

AROAMD disse...

¿estás exagerando?
¿querré ir a Noruega?
ay, es que va todo rápido
besos y ya felicitaciones en su día

A filla do mar disse...

No lo sé, Aroiña, no lo sé.
Pero prometo que yo, esta sensación, no la había tenido nunca. Este ver el final como algo posible... Yo qué sé!

Y mira que a mí, la muerte, nunca me ha dado miedo (ni ahora, eh?). Que no es a eso a lo que le temo. Es a este quedarse sin tiempo. Como cuando, de repente, miras el reloj y dices: mierda! que ya son las 9 y 10. Que tenía que ir al super y ya no me da tiempo.

Pues así, pero con la vida.

(Además, el super abre mañana, de nuevo. Y la vida, salvo que demuestren lo contrario, pues no...)

A filla do mar disse...

Hay que aprovecharlo, Madre, sin duda.

Por lo que se te lee, tú lo estás haciendo estupendamente!

Un beso.