quarta-feira, 3 de agosto de 2011

Azzurro

Fue la primera playa de mi vida, la única durante muchos años.

Cada tarde, mi tío Monso nos metía a todos en el coche (llegamos a ser 11 primos apelotonados en el asiento trasero de su CX) y nos llevaba a la playa. Verano e invierno.
Aparcaba el coche en el campo y estiraba allí una manta enorme en la que él y mi tía Sara se tumbaban a tomar el sol.

Si hacía buen día bajábamos a la arena y nos bañábamos bajo su atenta supervisión. En los días malos nos quedábamos en el campo, jugando al lobo o recogiendo bichos y flores.

Y siempre esta playa porque, por mal tiempo que haga, “en Penencia, abrasa”.
Doniños visto desde Punta Penencia

Punta Penencia una soleada mañana de sábado

Um comentário:

Portarosa disse...

Si el ordenador es el adecuado (como es el caso, ahora), el azul es espectacular.