segunda-feira, 18 de janeiro de 2010

Me quiero ir

Lo ha sentido muchas veces, con mayor o menor intensidad. A veces lo ha deseado tanto, con tanta fuerza, que lo ha conseguido, llevándose consigo todo lo suyo. Pero eso, al fin y al cabo, es como no irse.

Una vez, solo una, se fue de verdad, pero tenía la mente tan anclada aquí, tan aferrada que no sirvió de nada.

Y ahora el sentimiento es como un rumor lento y suave.

Ha buscado ofertas de trabajo. Hacía mucho tiempo desde la última vez. Y ha encontrado una que le gusta. Preguntaba:

Estaría dispuesto a aceptar un puesto que supusiese un traslado
- nacional
- internacional

Ha dudado un momento, no mucho, ha pensado en él, en cómo sería entonces su vida, y ha marcado “internacional”.

Es solo una declaración de intenciones.

12 comentários:

Portarosa disse...

Para cambiar de costumbres, no hay que cambiar de casa, hay que cambiar de costumbres.

Con cariño.

carol disse...

En la casilla de "internacional" cambia todo menos uno mismo. La persona, salvo pequeños detalles o matices, es la misma. Es lo bueno o lo malo del "Me quiero ir", según lo que andes buscando...
Te lo digo yo.
Un beso A filla.

Anônimo disse...

Creer que se quiere (o se necesita) un cambio (de trabajo, de aires, de pareja, de ...) es un síntoma inconfundible de que algo necesita ser cambiado. El problema está en saber reconocer qué es lo que realmente se quiere cambiar.

María

Anônimo disse...

Cambiar de casa debería ser una costumbre.


Sirwood

NáN disse...

Yo sí soy pedante.

La ciudad

Dices: "Iré a otra tierra, hacia otro mar

y una ciudad mejor con certeza hallaré.

Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,

Y muere mi corazón

lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo los ojos sólo veo

las oscuras ruinas de mi vida

y los muchos años que aquí pasé o destruí".

No hallarás otra tierra ni otro mar.

La ciudad irá en ti siempre. Volverás

a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;

en la misma casa encanecerás.

Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques -no la hay-

ni caminos ni barco para ti.

La vida que aquí perdiste

la has destruido en toda la tierra.

Kavafis

Anônimo disse...

Marcharse para ver otros horizontes, aprender otras miradas, paisajes, maneras.
Para romper lazos que ahogan.
Para crecer.
Ojalá.
LLS.

Portarosa disse...

Creo que hay traslados, cambios de "escenario" (ojo, viajar no es irse), lógica y casi objetivamente deseables. No hay ningún problema en admitirlo: un sitio con más posibilidades.
Lo malo es poner en ese cambio de lugar demasiadas esperanzas. Pedirle un cambio que debe ser propio, personal. Pues en ese caso pasa lo que dice el poema: que te llevas los obstáculos contigo.
Hay que pensar bien de qué quiere huir uno.

Pero todo eso Filla ya lo sabía, creo yo.

A filla do mar disse...

Tienes razón, NáN, pero a pesar de eso, creo que es más posible resetearse cambiando de lugar, no?

Por eso, Carolaine, a veces parece que ese cambio de escenario va a ser nuestra tabla de salvación.

O tal vez no, yo no lo he conseguido.

Ahí está el problema, María, sin duda, en saber qué. Pero a veces no es un factor sino una determinada combinación de factores la que lo hace todo complicado, pesado, prescindible.

En eso estamos, Sirwood, con hipoteca y todo... Ya les contaré.

LLS, por lejos que se vaya(n) no se librará(n) de mí.

Lo sabía, Porto, lo sabía, creo...

A filla do mar disse...

Ah!
Por si no se habían dado cuenta, tras una crítica insuperable (que no he podido superar) he retirado el post que seguía a este.

Qué frágil soy, madre! Y qué poquito aguante tengo...

NáN disse...

Mira que eres pava cuando te lo propones. Te falta... ¿cómo se dice? ¿potaico? ¿potato? ¿poe?

carol disse...

"Por eso, Carolaine, a veces parece que ese cambio de escenario va a ser nuestra tabla de salvación."
Y puede, que luego, te des cuenta de que no. Y también puede que, aunque no lo sea, te das cuenta de cosas que antes no veías ahora las ves claritas, las entiendes aunque no sepas que hacer con esa comprensión, porque tú sigues igual...
Bueno, yo qué sé...
Un beso.

Anônimo disse...

El único cambio posible, el único viaje razonable, es hacia el interior de uno mismo. Lo demás es ocio.
El hastío de tu entorno no es más que el reflejo de tu hastío interior.