Cuando era una niña el futuro, para mí, era el momento en el que tuviese 35 años. Esa era la edad crucial, el momento en el que mi vida ya debía de estar colmada o, más bien, completamente definida y estructurada.
Me imaginaba alta, delgada, con una larga melena oscura y lacia, vestida con traje de chaqueta. Me rodeaban 3 o 4 retoños a los que se les intuía un padre, y fiel esposo, que nunca aparecía en estas ensoñaciones, pero de cuya existencia a mí no me cabía la más mínima duda.
Vivíamos en una casa de campo, próxima a una gran ciudad y teníamos un perro y varios gatos.
Yo me veía entrar en casa, maletín en mano, quitarme la chaqueta y llamar a mis hijos que acudían siempre, presurosos y sonrientes, a recibirme.
Cuando era niña ese futuro era mi meta. De adolescente, aunque la imagen varió ligeramente (ya no había melena larga, ni maletín), mi destino era prácticamente el mismo. Y así, día tras día, año tras año, he vivido siempre hacia el futuro, para llegar a ese punto que yo había situado en la edad que tengo ahora.
Y ese momento ya ha llegado. Ya estoy en mi futuro. No hay melena, ni maletín, ni traje de chaqueta, ni esposo fiel. Los cuatro retoños se han quedado en uno, la casa de campo en un bajo alquilado en una calle peatonal, eso sí, con vistas a un parque. Y los gatos, los perdí por el camino.
Y me gustaría, llegada a este punto, ser capaz de dejar de vivir para el futuro y disfrutar por fin del presente. O empezar, por lo menos, a intentarlo.
La derivada racista de la DANA
Há uma semana
15 comentários:
Pues a mí también me gustaría. Y por cierto, desde fuera se te ve muy bien. Y no creo, por lo que conozco, que sea sólo un bonito cuadro.
Bicos.
LLS
Preciosa entrada.
Yo diría que lo estás consiguiendo.
Besos.
Recientemente escuché en un documental una reflexión sobre lo que planteas.
El caso es que, siguiendo esquemas religiosos, construidos sobre tres pilares (tradiciones-profecías-esperanzas) nuestra educación (educación en el más amplio sentido) nos instala alternativamente en el pasado o en el futuro, y en un permanente miedo al presente: miedo a tomar partido, a equivocarnos, al aburrimiento...; miedo que matamos con entretenimiento, con ir quemando etapas.
Y toda esta orientación nos hace olvidar que, lo único que importa, lo único en lo podemos incidir, es en el presente. En el aquí y el ahora.
A pesar de haberlo oído dicho de otras formas, y de, en teoría, saberlo, esta forma de expresarlo ("lo único en lo podemos incidir") me parece muy clara, mucho más útil para recordar: nuestra elección la hacemos ahora, siempre ahora, continuamente.
(...)nuestra elección la hacemos ahora, siempre ahora, continuamente.
Cierto, pero (y a eso me refiero con vivir para el futuro) a veces centramos nuestros esfuerzos en elegir ahora lo que más nos convenga para nuestro futuro, olvidando así que lo que esa elección supone precisamente en el presente también es importante (o más importante, si cabe).
Y esta "filosofía" tiene en los estudios, la formación e incluso el trabajo, su máxima expresión.
Esforzarse y perder años de presente haciendo algo que nos resulta desagradable (incluso insufrible, a veces) y rechazando otras cosas que nos producirían verdadero disfrute, para alcanzar una supuesta recompensa futura, merece realmente la pena?
Carpe diem para todos!!! O no...
A eso me refería. A esa trampa. A ese refugio que buscamos en el futuro para huir del presente.
No os habéis sorprendido alguna vez pasando el tiempo, sin hacer nada que mereciese la pena, convencidos de que el viaje equis, dentro de un mes, o la cita hache, el próximo fin de semana, llena de sentido cada momento actual?
¿tiene eso sentido?
Claro que lo pasamos mal en algunas ocasiones. Pero mejor que sea por urgencia que por devenir.
Y la necesidad de perspectiva para avanzar? La lógica intención de ir más allá, de soñar?...
O estoy liando cosas?.
LLS
Vivir el presente no debería ser incompatible con mirar al futuro. Es inevitable e incluso imprescindible, supongo, tener alguna meta; y parece también claro que hay cosas que exigen sacrificios en el momento, para lograr algo.
Pero, como casi todo, me imagino que es cuestión de grados, y de lo que vale la pena o no. Depende de la actitud, de nuestra "filosofía" en la vida. Allá cada cual con su elección, con su punto de equilibrio.
Pero el presente es lo que hacemos. Podemos mirar adelante, pero sabiendo que vivir estamos viviendo sólo ahora.
Y lo mismo, o peor, sucede con el pasado: sólo vivimos ahora, sólo ahora podemos cambiar las cosas.
Sin que ni una cosa ni otra signifique, en mi opinión, hacer como que no existen, por supuesto. Ni falta que hace.
(Es que aún estoy despertando)
Buenos días.
LLS, es que para mí el soñar es una cosa distinta.
Yo, como algunos sabrán (sufrirán), soy muy dada a planificar, programar, soñar, al fin y al cabo. Y eso me produce un placer que en algunos casos es mayor que el que me produce la propia actividad planeada. Es lo que tenemos los estusiastas :-P
Para mi el conflicto está en el desequilibrio entre el "sufrimiento" presente y la supuesta recompensa futura.
A mí (por hablar de mi película) que me he pasado un porrón de años formándome en algo que no me gustaba demasiado, en aras de un prometedor futuro, no me habría ido mucho mejor si hubiese invertido ese tiempo en hacer algo que me satisficiese realmente, y el futuro, bueno, ya se vería?
De acuerdo en lo del soñar. Me too.
De todas formas, como el camino de vida no es único ni lineal, las planificaciones tampoco sirven de mucho.
Así que, efectivamente, el presente es lo más aprovechable que tenemos.
Al final, como decís, el éxito está en el equilibrio.
LLS.
Sin embargo, para vivir el presente tenemos que creer en el futuro, mirar hacia el futuro, si no, nada tendría sentido.
En lo que nos equivocamos a veces es en cuales son las cosas que realmente nos importan. Estudiamos una carrera con buenas perspectivas laborales porque creemos (o nos dejamos convencer) de que eso es lo más conveniente. Si acabamos pensando que nos hemos equivocado es porque realmente a nosotros no nos importaba o no necesitábamos una estabilidad laboral.
Tenemos que vivir el presente mirando hacia el futuro, pero escuchándonos a nosotros mismos, pensando siempre en el tipo de persona que queremos construir. Quiero llegar a la vejez consiguiendo grandes logros o teniendo grandes recuerdos?
(También podría ocurrir que para alguien los grandes recuerdos fuesen precisamente los grandes logros, claro. Eso es lo que realmente hay que meditar y no dejarse engañar por la vanidad).
Creo que me he ido un poco del tema, pero estoy segura que sabrás disculparme (por eso y por enrollarme tanto). Un beso.
María
Tenemos que vivir el presente mirando hacia el futuro, pero escuchándonos a nosotros mismos, pensando siempre en el tipo de persona que queremos construir.
Ahí le has dado, LLS!!!
La coherencia en las elecciones considero que es fundamental.
Lo que hago, las deciones que tomo, deben ser coherentes con lo que soy y, sobre todo, con lo que quiero ser. Ese es la única manera, por lo menos para mí, de construirse con las menores fisuras posibles y de hacerlo pudiendo asumir las consecuencias de los errores cometidos.
Oh! Pero si eres María!!!
Perdón, María, como leo a toda pastilla (bueno, relativamente) pensé que eras nuevamente LLS.
Pues eso, que estoy totalmente de acuerdo contigo.
Y me encanta que te enrolles!
Un beso muy fuerte.
De entrada, confieso que soy un "presentista".
Y que tengo "mucho morro", porque quien me acompaña en la vida se ocupa de todo lo demás. Ella me da las alertas si las cosas van mal, porque aunque me lo ha explicado cien veces por si le pasa algo, ciento y una he olvidado dónde tenemos los ahorros y los seguros y todo eso. Como dice: "no prestas atención más que al día a día".
Y sin embargo no es así. Es cierto que en mi situación y condiciones, "podría haber llegado mucho más lejos". Pero es que nunca quise llegar más lejos. Y eso es también una decisión de futuro.
Tampoco es así, porque cuando he tenido que pasar por etapas duras para conseguir metas que de verdad quería, las he pasado.
Y tampoco es así porque "mi presente" engloba, sin solución de continuidad, mezclándose, mi pasado y también mi futuro.
Ir al Taller, por ejemplo, es un esfuerzo, pero que me produce gozo.
Pero, posiblemente, lo más cierto de todo lo que he dicho es que sin mi compañera no habría podido vivir así sin irme al fondo. Claro que ella es, también, mi pasado, mi presente y mi futuro.
En resumen, no creo que algo que te vaya a estropear la vida durante mucho tiempo, para conseguir "objetivos", nos convenga. Una vez conseguido un "pasar", que se decía antiguamente, lo que cuenta es el gozo de lo que hacemos, las personas que nos rodean y con qué grado de realidad y gozo nos relacionamos con ellas.
Como anécdota final, recuerdo a mi suegro diciéndole a mi suegra que tenían que pensar en el futuro. Y ella le contestó: "Nuestro futuro es hoy" (como así fue en el caso de él).
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