El sábado fuimos al cumpleaños de un compañero de clase de Cibrán.
Cuando estábamos a punto de irnos, el grupo de amigos de mi hijo estaba jugando en un arenero con unos vasos de cartón que les había entregado una de las madres.
- Recoged cada unos sus vasos y tiradlos.- dijo.
Yo ví unos cuantos vasos más tirados debajo de un banco y los avisé:
- Mirad, allí hay algunos en el suelo.
A lo que la otra madre respondió:
- Pero esos no son suyos.
- Bueno, pero están allí tirados y no pasa nada porque los recojan también.
-¡Ay! De eso nada, cada uno que se encargue de lo suyo.
Mi hijo y yo los recogimos y los tiramos a la papelera.
Triste, ¿no?.
La derivada racista de la DANA
Há uma semana
4 comentários:
Como suele decirse, cada uno a lo suyo y la casa sin barrer.
Miedo me da pensar cómo será el hijo de esa madre...
Como ella, como mínimo.
En realidad ya es de ágarrate. Lo peor es que el niño tiene un fondo buenísimo pero no pizca de control.
Y sus compañeros le escapan en cuanto pueden...
Pues ya le vale a la madre aunque es verdad que los niños tienen que acostumbrarse a recoger sus cosas, si ven que ya hay alguien que lo hace nunca lo harán, se mal-acostumbran y de mayores seguirán igual, contando con que alguien recogerá los vasos.
Tristísimo.
http://madredemarte.wordpress.com/
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