En las épocas de vacaciones en que mi hijo no está conmigo suelo llamarlo todos los días.
Nuestro primer periodo de vacaciones juntos terminó el viernes pasado y desde ese día está en casa de sus abuelos paternos. Ayer lo llamé justo antes de salir del trabajo y dirigirme al cumpleaños de mi sobrina U. En casa no había nadie y llamé al móvil de su abuela. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me dijeron que estaban en el coche, rumbo a Coruña. Yo también iba hacia allí!!
Quedamos en que nos veríamos en el centro para recogerlo y llevarlo conmigo a la fiesta de su prima.
Después de una tarde de merienda, piscina, sol y juegos, lo llevé de regreso a casa de su tío (se quedaban todos a dormir allí) y volví a casa, a nuestra casa.
Qué rara es a veces la vida de los padres divorciados. Qué extraño resulta coger a tu hijo, como si alguien te estuviese haciendo un favor, y dejarlo de nuevo, sin elección posible.
Sé que mi hijo está bien. Disfruta mucho con sus abuelos y ellos están encantados de pode disfrutar de él, al fin, después de tanto tiempo sin verlo. Su abuela, además, siempre ha tenido mucha consideración hacia mí y me hace partícipe de todo, pero no deja de resultarme un tanto frustrante y artificial la imposibilidad de poder decidir temporalmente sobre cuestiones que afectan a mi hijo.
No soy capaz de acostumbrarme.
La derivada racista de la DANA
Há uma semana
5 comentários:
Tenemos que aprender de los hijos, que lo naturalizan todo y tratar de ponernos en el lugar del otro, porque muchas veces las madres no nos damos cuenta de que precisamente en el divorcio privamos al padre de su papel, que siente exactamente lo que tú explicas en estos días (cuando no son los padres los que por comodidad se apartan, que de todo hay).
Mis hijas me contaban lo triste que se ponía su padre cuando volvían a casa y poco a poco aprendí a ver a Andrés como persona y no como mi ex-marido. Puedo decir que aprendí de ellas a conocerle.
Sara.
Sí que tiene que ser muy extraña la situación, a mí también me costaría acostumbrarme.
En cualquier caso, disfruta de lo bueno de la situación: él puede fortalecer sus vínculos con sus abuelos, lo cual es muy positivo, y tú puedes disponer de algo de tiempo para ti misma, lo cual es muy saludable.
Beso gordo.
Se me olvidó firmar el comentario anterior. Soy María
No es mi caso, el que comentas, Sara. Ojalá todo quedase entre su padre y yo.
Sabía que eras tú, María. El beso gordo te delata. :-)
Verlo contento, tan contento, me anima mucho, por supuesto. Y no creas que no disfruto de esta soledad ;-)
Un beso a las 2.
Tiene que ser una sensación rarísima. No consigo imaginarla, yo que ni siquiera tengo que compartir las decisiones con alguien con quien haya decidido compartir la vida.
http://madredemarte.wordpress.com/
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