Me pasa a menudo, cuando un libro me gusta mucho, que me engancha de tal forma que, tras abandonar un rato de lectura, durante un tiempo mi forma de pensar se acopla al modo en el que se narra el libro y eso siempre me parece alucinante. Como ahora.
Estoy leyendo “Nubosidad variable”, de Carmen Martín Gaite. Lo primero que leí de ella fue “Entre visillos” (lectura obligatoria en 1º de BUP) y me dejó encandilada. De tal modo que, sabiendo que era la mujer de Sánchez Ferlosio, me lancé apasionadamente a leer “El Jarama” (aún no entiendo el porqué de esta extraña reacción. ¿No habría sido más lógico continuar leyendo otros libros de la autora?) y, además de coger un miedo atroz a los ríos, se me acabaron las ganas de continuar, y la olvidé.
Hace unos meses encontré en casa de mis padres “Irse de casa” y leyéndolo recordé la sensación que me había provocado aquel “Entre visillos” de mi adolescencia, y seguí buscando hasta encontrar, en casa de mi hermano, “Nubosidad variable”.
Yo, como las protagonistas, también tuve una amiga inseparable, alguien de quién creí que jamás me alejaría: el amor de mi vida.
Apenas me quedan 10 páginas para acabar el libro y no quiero que llegue el final porque con él se esfumará la ilusión de recuperarla.
La derivada racista de la DANA
Há uma semana
9 comentários:
A mí también me fascinó Nubosidad Variable Filla y también sentí lo mismo que estás sintiendo tú en este momento. Ah, la amistad, ese sentimiento tan extraño...
Sí, extrañísimo. Como el amor en general...
Recuerdo que la idea de alejarme de ella, de mi amiga, me resultaba insoportable. En 3º nos separaron de aula. Qué tragedia!! Pero continuamos unidas.
Esa unión duró muchos años. Superó romances personales de cada una de nosotras, rupturas, desengaños...
Realmente no sé qué fue exactamente lo que acabó con ella. Lo que "ennegreció el oro".
Hace algún tiempo, pensando en cuál de los hombres con los que he estado se podía considerar "el amor de mi vida" me di cuenta de que ese puesto realmente lo ocupaba mi relación con ella.
Oye, y tú, qué tal?
Te escribo, vale?
Un beso, preciosa!
No sé si a los hombres les sucede lo mismo, pero yo creo que la amistad entre dos adolescentes chicas se puede comparar, en intensidad, con los amores más intensos.
Tampoco entendí El Jarama (aunque no lo leí por ser marido de... era lectura obligada en no sé qué año de instituto), y también me sucede que hay libros de los que no quiero salir.
http://madredemarte.wordpress.com/
Pues no sé como lo sienten ellos. Me temo que con menos ímpetu :-)
A mí me pasa mucho, lo de los libros, y cuando los acabo... me quedo echa polvo, triste, abatida, como si perdiese algo, como si algo importante se alejase de mí.
Me encanta!
Un bico (y otros dos para los indómitos ;-) )
Hablando hace unos días con una de mis mejores amigas de la universidad (nos llamamos novia, así que imaginaos lo intensa que fue y es nuestra relación, después incluso de seis años sin saber la una de la otra) le comentaba que me duelen más las traiciones de la amistad que las de la pareja y creo que no estoy en un error cuando afirmo esto. Los chascos con los amigos les llevo entre fatal y peor. Los chascos con novios, rollos, parejas y demás los llevo mal, pero se me suelen pasar.
Yo nunca he tenido una amistad como la de Nubosidad Variable (la del principio cuando son niñas), pero lo comprendo. Y sí que creo que ellos también pueden llegar a tener amistades tan intensas y profundas como las de las chicas, pero las viven de manera diferente, supongo. Si os paráis a pensar, en el fondo, no nos diferenciamos tanto como nos hacen creer y desde luego no si nos fijamos exclusivamente en lo que hay entre las piernas. He conocido a hombres que han llorado ante mí a moco y baba por cosas que incluso en una mujer resultarían cursis. Y me parece genial, claro.
Muchos besos. Muchos, muchos.
Mi corrector me informa de un error de esos de suspenso.
"A mí me pasa mucho, lo de los libros, y cuando los acabo... me quedo Hecha polvo, triste, abatida, como si perdiese algo, como si algo importante se alejase de mí."
YO estoy deseando que Maria sea un poco más grande para leerle Caperucita en Manhattan. Carmen Martín Gaite es mi escritora favorita, sin duda....
Pues ando yo buscando quién me pase ese libro, Fá.
Lo quiero para este verano.
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