Por coincidencias de la vida tengo una sobrina-prima, hija de unos primos segundos (y digo unos porque tanto él como ella son primos míos en el mismo grado) que nació el mismo día que yo y prácticamente a la misma hora, con una pequeña diferencia: ella lo hizo 20 años más tarde.
El caso es que siempre he sentido hacia ella (y continúo sintiéndola) una simpatía especial.
Es alta, delgada, guapísima. Es deportista, hace atletismo desde muy pequeña, y además es una adolescente responsable, cariñosa, estudiosa y trabajadora.
Y ahora, a sus 17 años, se encuentra ante el abismo de su futuro. El año que viene cursará COU y de ahí... al estrellato!
Recuerdo cómo fue para mí aquel año académico. Lo empecé convencida de que estudiaría matemáticas y acabé matriculada en Ingeniería Industrial (y sentenciada para toda mi vida).
Hay pocas decisiones de las que me haya arrepentido en mi vida, creo que de todas las malas decisiones he sacado finalmente algo positivo, pero de esta no*. No hay día que no me arrepienta de no haber dado marcha atrás a tiempo.
Espero que L no cometa el mismo error. Y que, decida lo que decida, lo haga convencida y contenta.
*En realidad sí he sacado algo bueno: los amigos.
La derivada racista de la DANA
Há uma semana
3 comentários:
¿COU? Eso sí que es un viaje en el tiempo.
Sirwood
... buenísimo...!!! Yo hice matemáticas y también llegué a la misma conclusión: lo bueno que saqué de la carrera fueron los amigos
Vaya! Entonces va a ser que las matemáticas tampoco eran la solución...
Te leo y veo que tenemos varias (bastantes) cosas en común.
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