El viaje comenzó 2 años antes, el 3 de mayo de 2005. Un viaje que se esperaba difícil, lento e incierto, de cuyas penurias nos olvidamos ese 1 de mayo, sobre las 12 de la mañana, cuando lo vimos acercarse a nosotros por aquel pasillo, en brazos de una mujer de la que nunca supimos, ni creo que lleguemos a saber, el nombre.
Hasta en eso tuvimos suerte, en conocernos en un día de fiesta casi universal...
Nuestros primeros 14 días juntos fueron una especie de paraíso. Una experiencia irrepetible, por lo buena, en gran parte gracias a quien estaba con nosotros y en nuestra misma situación.
Vinieron luego las llamadas, los encuentros cada vez más habituales, la asociación y las celebraciones.
Y este 1 de mayo, como cada 1 de mayo desde entonces, volvemos a juntarnos (e no medio, moitas veces) para celebrarlo. Tengo la sensación de que cada año es mejor, porque los niños se van haciendo mayores, se reconocen y se van queriendo más. Y porque nosotros vamos compartiendo más cosas, buenas y malas, y ahora estamos a la espera de recibir un nuevo miembro para el grupo.
Ahora me resulta muy difícil pensar en mi vida sin ellos.
La derivada racista de la DANA
Há uma semana
3 comentários:
Elegir con qué y quién llenar la vida.
También, por ahora, la de él.
De eso se trata, ¿no?
Enhorabuena.
Ya esa fecha es un recuerdo emocionante, pero sus consecuencias llenan y animan toda la vida. Abrazos a los dos.
Qué bien.
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