Para aquellos que han sufrido (y/o cometido) una infidelidad y que además "disfrutan" urgando en la herida, esta es una buena serie. El título no miente: va de eso.
Supongo que es inevitable, cuando una lee un libro o ve una película, identificarse con alguno de los personajes. En esta ocasión, mi subconsciente no tenía muy claro por cual decantarse.
Como mis infidelidades (las cometidas) nunca han llegado al rango de drama (nunca han sido ni lo suficientemente largas ni lo necesariamente trascendentes), mientras que las otras, las sufridas, sí fueron apoteósicas, en cierta medida me he identificado más con la víctima que con el verdugo. Aunque la adúltera me resultaba más cercana (en su forma de ser, en su tristeza vital... incluso en sus sentimientos y forma de actuar).
La serie (me) resulta bastante desasosegante: esa sensación de que todo puede cambiar en un segundo es tan excitante como aterradora. Y aunque en la serie no se habla de eso (más bien al contrario), me ha valido para revivir la sensación de aire fresco que aparece tras el drama.
En las relaciones, nos importa encontrar a una persona que se acople a nosotros, que nos guste, con la que tengamos coincidencias... Siempre pensando en el tiempo que estaremos juntos. Pocas veces (o ninguna) sopesamos si esa persona cumple también los requisitos para separarnos de ella: ¿Cómo será nuestra relación después? ¿Es así como quiero que sea mi ex-pareja?
Nadie está libre de engañar ni de que le engañen. Y eso, en realidad, no
es lo importante. Lo que marca la diferencia es lo que viene después:
qué queda de todo lo vivido cuando se acaba. Y si hay hijos por el medio, es crucial.
Eso, supongo, nunca se piensa. De hecho, aunque lo pensásemos, seguramente nos equivocaríamos.
Yo me equivoqué.
La derivada racista de la DANA
Há 2 semanas
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