Hace tiempo, años ya, que no veo la televisión ni leo la prensa. Mi contacto con el resto del mundo (el que no está en mi entorno más cercano) se reduce a la escasa media hora que escucho la radio yendo o volviendo del trabajo.
Son apenas 15 minutos por trayecto, en los que Radio 5 me actualiza en lo imprescindible.
Salvo las ocasiones en las que mi horario de ida o de vuelta coincide con esos pequeños y deliciosos espacios (Cajón de músicas, Ciencia y acción, Vidas contadas…) el tiempo en el coche suele coincidir con un espacio de noticias.
Cualquiera de las indignidades que acontecen alrededor de los políticos y dirigentes de este país sería suficiente para revolverle el estómago al más pintado pero, concretamente, lo de las tarjetas opacas a mí me ha dejado atónita.
Cómo un país puede albergar tal cantidad de mentirosos, facinerosos e hijos de la grandísima puta que roban el dinero de sus conciudadanos mientras familias enteras viven en la más absoluta indigencia, mientras personas formadas, trabajadoras, buenas (personas buenas, joder) pasan necesidades, hambre, frío; mientras niños, cientos de niños, miles de niños en este país, sufren la precariedad más absoluta en sus casas.
Asquerosos ladrones que se dedican a recortar la educación y la sanidad de nuestros hijos y la nuestra mientras se gastan el dinero que nos roban sin la menor vergüenza.
Siento no creer en dios, porque eso, por lo menos, me daría la esperanza de que sufrirán la condenación eterna. Pero como eso, tristemente, no sucederá, espero por lo menos que el azar les traiga una enfermedad dolorosa y limitante, que el ébola que contagió a esa pobre mujer los contagie a ellos y mueran solos y condenados ahogados en sus propios vómitos y esputos. Y que se lleven a la tumba todo el puto dinero que nos han robado. Criminales.
La derivada racista de la DANA
Há 2 semanas
5 comentários:
Siento la misma radical y visceral e inevitable nausea que sientes tú, y les deseo lo mismo que tú. Criminales, criminales, criminales hijos de puta. Qué asco, qué repugnancia, qué rabia. Cabrones, malas personas, cabrones, cabrones.
...que el azar les traiga una enfermedad dolorosa y limitante, que el ébola que contagió a esa pobre mujer los contagie a ellos y mueran solos y condenados ahogados en sus propios vómitos y esputos.
Entonces, no te parece bien lo que han hecho, ¿no?
(Dan asco, y nosotros, a veces, bastante vergüenza.)
"Siento no creer en dios, porque eso, por lo menos, me daría la esperanza de que sufrirán la condenación eterna."
Síntoo, pero esto non vai así. Por Deus Pai serán perdoados.
Neste caso, o mal queda e gaña na Terra.
Deberíamos hacer algo con toda esa rabia, Jesús, algo constructivo.
Lo nuestro, Porto, no es comparable, no?
Anónimo, non gañará, non. Non perdo a esperanza.
Por una vez en la vida voy a ser breve.
Amén, Filla.
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