Me levanto con la certeza de que hoy lloverá.
Planifico mi día bajo esa premisa y, al mirarme al espejo, me lamento de que mi piel ya se esté volviendo invernal.
Solo eso echaré en falta, el sol, porque teniéndolo lejos lo que más deseo es volver a la rutina.
Finalmente ha salido el sol.
La derivada racista de la DANA
Há uma semana
3 comentários:
Algo es algo.
Pero recuerda eso de que si lloras por el sol se te corre el rimmel y es peor.
Y tu piel no se está volviendo invernal, en absoluto.
Ahora que doy largos paseos, me he comprado un sombrero para el sol. Tu post me ha hecho pensar en lo que damos por supuesto en un sitio, cuando es infrecuente en otros.
Es mucho peor, como les pasa a tantos, tener un corazón invernal.
Uy! Pues yo siempre digo que soy una persona de invierno, NáN!
Pero el corazón no, el corazón lo tengo más bien de primavera, como tú :-)
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