
¡¡¡Feliz Nochebuena!!!

¡¡¡Feliz Nochebuena!!!
Es fácil acompañar en la alegría. No vale cualquiera, claro, porque para todo hay que saber, pero sin duda es fácil encontrar a alguien que lo haga y que, además, lo haga bien."Adoptar es filiar al hijo de otros, hacerlo nuestro más allá de quererlo y tratarlo bien, hacerlo propio. Legitimarlo para que nos represente."

- Me toca. Deséame suerte.Me miró muy serio y me llamó con el dedo mientras me decía:
- Ven, ven.Me acerqué de nuevo y me abrazó muy fuerte mientras me besaba. Me retuvo un par de segundos. “Ya” dijo al acabar. Y se quedó allí, en la mesa, inmóvil y atentísimo, con una expresión de absoluta trascendencia.
- Mamá, estoy pensando... a dónde vamos a ir.
Es la primera vez que lo oigo decir “estoy pensando”. Y me parece alucinante el hecho de que se dé cuenta de eso, de que piensa, y sea capaz de verbalizarlo.
Verlo crecer, en general, me parece alucinante.
"Feijo es muy gallego, en el sentido peyorativo de la palabra"
- Mira, este botecito pequeño está bien para ir al gimnasio, ¿no?
- Pero es muy pequeño.
- Ya, pero puedo rellenarlo.
- Sí, papá, cógelo que está muy chulo.
- Seguro que se nos queda algo
- Seguro. Si hubieses traído la lista...
- ¿Qué lista?
- La de la compra.
- La lista soy yo.
- Pues este sábado, si no llueve, podemos organizar un partido.
Henry Cavill
Jude Law
- Conocer a mis nietos.
- ¡Ahá!
- ¿Puedo perfeccionarlo?
- Sí, sí, claro.
- Y que ellos me conozcan a mí.
- ¿Pero tú has visto a ése, que no para de mirar?
- Ya, no ha dejado de mirarte las tetas ni un minuto. ¡Qué
asqueroso!
- ¿Pero qué se cree? Que le vaya a mirar las tetas a su puta
madre.
-Me duele la barriga, mami, cúrame.
Y pensar que llegará un momento en el que dejará de creer en mis superpoderes...
- Abuelita, ¿y si paras de molestarme y te duermes tú también?
- Este no es mi cole, mami.Intenté calmarlo, con un nudo en la garganta. Cuando me fui lloraba con angustia, con miedo.
- Mami, mami. ¿Nos vamos?Contuve las lágrimas cuando lo dejé allí pero fui incapaz de contenerlas al recogerlo.
- Pero, ¿me echas de menos?
- Sí, claro, mucho.
- ¿Sí?, ¿de verdad?
- Sí, mucho.
- Por qué lo sabes, ¿porque querrías que estuviese ahí, pasando este tiempo
contigo?
- No, eso no. Te echo de menos porque todo lo que me pasa estoy deseando
contártelo.
¿No creen ustedes que es una señal?
Pero, ahora bien, ¿una señal, de qué?
*Es un pelo, sí, haciendo una extraña y sugerente figura.
Tres tiendas como mínimo: la común, donde nos reuníamos todos, la de los mayores y la de los niños. Hasta 6 y 7 nos hacinábamos allí, para siestear, jugar, o lo que hiciera falta.
Lo mejor de todo era el inicio del día. Despertarse con el rumor de las olas, a lo lejos. Los rayos de sol que se colaban por las costuras de la tela calentando el ambiente, haciendo imperiosa la necesidad de salir a refrescarse. Y desayunar en aquella mesa larga, enorme, que tenía sitio para todos y después, al mar. Jugar entre las calitas de roca, a saltar de piedra en piedra sin perder el equilibrio, esconderse en el bunker, ducharse con aquella agua gélida y después tumbarse al sol, desparramarse.
Y la noche, la llegada de la noche. Cenar lo pescado durante el día y las minchas, cocidas, sacándolas con un alfiler con cuidado de no pincharse un dedo. Quedarse charlando, mucho rato, hasta que parecía que la oscuridad no podía ser mayor, meterse en la tienda y taparse hasta la nariz. Los ruidos: grillos, gaviotas, ardillas, palomos... pequeñas culebras que serpenteaban bajo el suelo de la tienda provocando el terror general.
Regresé hace aproximadamente un año, tras más de veinte sin haber pisado aquel lugar, tan sólo recordándolo, y estaba todo igual, casi igual.
Y ahora quiero volver, a dormir, a cenar, a desayunar, con él. Para ofrecerle la oportunidad de guardar un recuerdo así.
Nunca le he agradecido, a ella, esa parte de mi infancia que le debo.
(Lo he puesto allá abajo, ¿veis? allí donde nadie mira. Sí, sí, al final de todo.)
- E ese é o meu bote
- Que bonito!
...
- Anda! Que nome máis lindo, Caraveliño.
- Si, púxenllo por un tío da miña muller. Dis que era tan guapo que todo o mundo lle chamaba así, Caraveliño.
- Si?
- Si, casou 12 veces. Enviuvou 11. Imaxina se sería guapo.
- Pero... matounas?
- Non se sabe. Nunca o acusaron de tal cousa.
A segunda, vale, normal. A terceira, home xa é como para pensalo. A cuarta, tiña que telo clarísimo, pero, me pregunto, que coño tería na cabeza a duodécima muller antes de casar con este home?
*Traducción en primer comentario

- Mami, ¿yo, cuando sea mayor, voy a ser negra?
- Si, cariño, tú eres
africana y vas a ser negra toda la vida.
- ¡Jo! Pero es que yo de mayor
quería ser china y tener el pelo liso...
Boa Noite de San Xoan.
Nota: Traducción al castellano en el primer comentario (que así da la impresión de que me lee un montón de gente).
Y resulta que yo, la sensación que tengo (y que me temo se aproxima bastante a la realidad, por lo que he podido comprobar) es la de que mi amigo está muy, muy lejos, en un lugar casi inaccesible, desértico, difícil de vivir y de sobrevivir. Y me consta que el día a día es duro, durísimo, para los foráneos y para los autóctonos (mucho más, seguramente, para estos últimos).
Y resulta que hace unas semanas me sorprendí cuando, utilizando el skype, pude hablar con él como quien habla con la vecina de abajo o con un amigo que vive a dos manzanas de distancia.
Y resulta que no salgo de mi asombro cuando hoy, tras enviar un mensaje comunitario a los miembros del grupo de amigos al cual él pertenece (y de los cuales, excluyéndolo, el que más lejos vive, lo hace en Barcelona), la primera respuesta (y única) que recibo es la suya. Y le contesto y me responde a los 7 minutos. Y vuelvo a contestar y esta vez tarda un minuto más.
¿Ustedes saben bien dónde está Sudán?
Si todo lo bueno avanzase a la misma velocidad...
Y, por otra parte, no conozco (que no digo que no los haya) a ningún gallego de mi generación y posteriores que no sepa hablar y escribir en castellano y mucho menos que no lo entienda. En cambio la lista de los gallegos que no saben hablar ni escribir en gallego no es corta.