quarta-feira, 30 de setembro de 2009

Nada más que añadir

Lean esto, si les apetece, y pueden ampliar más información en el libro El cerebro femenino.

terça-feira, 29 de setembro de 2009

Superwoman

-Me duele la barriga, mami, cúrame.

Y pensar que llegará un momento en el que dejará de creer en mis superpoderes...

quarta-feira, 23 de setembro de 2009

El porqué de las cosas


Me cuesta mucho entender los rencores que se mantienen durante décadas, las cuentas pendientes, los resentimientos alimentados día a día, que no hacen otra cosa que no sea atarte a aquello de lo que, supuestamente, deseas liberarte.

terça-feira, 22 de setembro de 2009

La vida misma II

Mientras su abuela intenta dormirla, N, de 3 años, se revuelve en la cama.

Cuando parece que finalmente se tranquiliza, la abuela, para facilitarle el sueño, comienza a acariciarle la espalda. N gira su carita, la mira y le dice muy seria:


- Abuelita, ¿y si paras de molestarme y te duermes tú también?

sexta-feira, 18 de setembro de 2009

¡A currar!

Pues ya está.

Listo. Facilísimo.

Ahora ya sólo tengo que enviar por correo ordinario un justificante de mi flamante título actual y...

¡A estudiar!


Esta tarde voy de compras, a por unos bolígrafos chulos, una carpeta y un estuchito mínimo, al que ya le eché el ojo el otro día. El lunes a la biblioteca, a ver si encuentro los libros de la bibliografía básica. Hundiré la naríz entre las páginas y me dejaré llevar por la curiosidad.

Es el mejor regalo que podía hacerme.

quinta-feira, 17 de setembro de 2009

Humor familiar

En mi casa se cuenta la anécdota del día que el primo mayor empezó a ir al colegio. Mi primo lloró desconsoladamente y su madre, que es aquella a la que tanto debo, hizo lo mismo.

El cachondeo familiar ante la estampa ha sido una constante en nuestras vidas.

Y una servidora ayer se encontró en la tesitura de dejar a su vástago, por primera vez, en el cole de mayores.

Por la mañana, al despertarse, recibó el regalo que el Ratoncito Pérez le dejó a cambio del chupete (así es como se las gasta ahora el ratoncito en cuestión): un tren, con vía y todo, y una mochila para ir al colegio. Estaba exhultante.

Salimos de casa contentos y llegamos al colegio con el mismo ánimo. Entramos en el aula y su cara cambió, radicalmente. Es un aula bonita, alegre, llena de juguetes y de colores pero... no era lo que esperaba.
- Este no es mi cole, mami.
Intenté calmarlo, con un nudo en la garganta. Cuando me fui lloraba con angustia, con miedo.

Volví una hora más tarde. Aunque había estado jugando y pintando (eso sí, siempre de pie según me indicó la profesora) cuando me vio comenzó a sollozar.
- Mami, mami. ¿Nos vamos?
Contuve las lágrimas cuando lo dejé allí pero fui incapaz de contenerlas al recogerlo.

Hoy, me cuenta su padre, todo ha ido mucho mejor.

Bueno, pues ya tenemos cachondeo asegurado para la generación siguiente.

terça-feira, 15 de setembro de 2009

Nada en particular

Salí de la oficina a media mañana, a hacer gestiones. Es una de esas cosas que rompe mi rutina diaria y que agradezco enormemente.

Ya en el centro, en la puerta del aparcamiento, un hombre mayor, impecablemente vestido, escondía su miedo tras una amplia sonrisa mientras nos deseaba buenos días sosteniendo un cartel: "Gracias por su ayuda".

Le di lo que consideré suficiente para aplacar la angustia que me provocó el imaginar su situación, su historia, su día a día.

En un parque, vacío si no fuese por ellos, dos hombres columpiaban a sus respectivos hijos, sin disimular su aburrimiento.

De vuelta, regresé por el camino que solía hacer dos años atrás, casi dos años ya, sin sentir nada en especial. Recordando únicamente que el aniversario se avecina.

segunda-feira, 14 de setembro de 2009

Clic

Algo hizo "clic" en su cabeza, de repente.

Se dio cuenta de que, a partir de ese momento, todo caería en picado.

Acababan de iniciar el proceso de desconocerse.

sexta-feira, 11 de setembro de 2009

Es radical y necesario

Es una cuestión ésta, la del radicalismo, que tiene para mí un gran interés.

En el punto medio está la virtud, dicen. Sí, hombre, sí, claro. Pero desde el punto medio es difícil mover el mundo, ¿no? Que vamos, la ley de la palanca aplica para todo. ¿O no?

¿Cuantas revoluciones sociales habrían tenido lugar sin esas posturas radicales enarbolando la bandera de la lucha por aquello en lo que creían, sin tregua? ¿Cuantos avances (sindicales, de igualdad entre razas, de igualdad entre sexos, de libertad individual) se habrían conseguido desde posturas moderadas?

Y no hablo de posturas violentas, no hablo de utilizar la violencia como medio para llegar a un fin (aunque yo lo considere) legítimo. La violencia, por el momento y hasta que me demuestren lo contrario, no me parece legítima en ningún caso.

Hablo de defender lo que uno cree de forma tajante, inflexible, hasta las últimas consecuencias.

¿No es necesario, para avanzar, que algunos representen ese papel?

Modelos para el cambio

"Todo acto de violencia, hasta el que se ejerce por motivos supuestamente nobles, precisa de un discurso legitimador: "la policía cargó", "estoy deprimido", "había bebido", "los jóvenes atacaron primero", "no hay futuro", "hace falta más mano dura". Se suele recordar a Gandhi como alternativa a esa tendencia, pero se me ocurre que quizás un antídoto mejor aún para generar relaciones pacíficas, reivindicativas y cuidadoras entre las personas sean las teorías y prácticas feministas. En dos siglos de lucha, las feministas han transformado el mundo, haciéndolo mejor, sin quemar contenedores ni derramar una sola gota de sangre."

Ritxar Bacete, Antropólogo y Trabajador Social. Miembro del Movimiento de Hombres por la Igualdad.

* El artículo completo aquí.

quarta-feira, 9 de setembro de 2009

Ausencias

[A mi compadre, con todo mi cariño]
- Pero, ¿me echas de menos?
- Sí, claro, mucho.
- ¿Sí?, ¿de verdad?
- Sí, mucho.
- Por qué lo sabes, ¿porque querrías que estuviese ahí, pasando este tiempo
contigo?
- No, eso no. Te echo de menos porque todo lo que me pasa estoy deseando
contártelo.

terça-feira, 8 de setembro de 2009

Pausa publicitaria: Cambio Radical ha recibido 45727 visitas

Pues sí, como lo oyen.

Vayan a mirar, vayan, y ya verán como lleva un porrón de visitas.

El señor Sonfór se lo agradecerá, que le hace mucha ilusión, dice.

(Es que a mí, ese blog, me hace mucha gracia.)

segunda-feira, 7 de setembro de 2009

Sugerencias

A alguien como yo, para quien la simbología tiene una importancia relevante ¿cómo creen que le puede sentar encontrarse esto, en la bañera, de buena mañana?

¿No creen ustedes que es una señal?
Pero, ahora bien, ¿una señal, de qué?

*Es un pelo, sí, haciendo una extraña y sugerente figura.

quinta-feira, 3 de setembro de 2009

Madrina

Llegaba el final del mes, ¡por fin!. Libretas, libros, lápices de colores, mandilones... todo de vuelta a casa.

Y entonces, a los pocos días, llegaban ellos para pasar el verano.

Ocupaban temporalmente la casa de los abuelos con sus maletas y sus cachivaches, con aquellas tarros llenos de alimentos extraños y brebajes: levadura, algas, magnesio, lecitina de soja... Durante unos días el bullicio cotidiano se incrementaba más y más entre idas venidas. Que si la tienda, que si las esterillas, que si el banco de madera no, este año no, mejor llevamos estas banquetitas que son más cómodas.

Y un día, de mañana, salían a montar el campamento en aquella zona en la que sólo estaríamos nosotros, como siempre.



Tres tiendas como mínimo: la común, donde nos reuníamos todos, la de los mayores y la de los niños. Hasta 6 y 7 nos hacinábamos allí, para siestear, jugar, o lo que hiciera falta.

Lo mejor de todo era el inicio del día. Despertarse con el rumor de las olas, a lo lejos. Los rayos de sol que se colaban por las costuras de la tela calentando el ambiente, haciendo imperiosa la necesidad de salir a refrescarse. Y desayunar en aquella mesa larga, enorme, que tenía sitio para todos y después, al mar. Jugar entre las calitas de roca, a saltar de piedra en piedra sin perder el equilibrio, esconderse en el bunker, ducharse con aquella agua gélida y después tumbarse al sol, desparramarse.

Y la noche, la llegada de la noche. Cenar lo pescado durante el día y las minchas, cocidas, sacándolas con un alfiler con cuidado de no pincharse un dedo. Quedarse charlando, mucho rato, hasta que parecía que la oscuridad no podía ser mayor, meterse en la tienda y taparse hasta la nariz. Los ruidos: grillos, gaviotas, ardillas, palomos... pequeñas culebras que serpenteaban bajo el suelo de la tienda provocando el terror general.

Regresé hace aproximadamente un año, tras más de veinte sin haber pisado aquel lugar, tan sólo recordándolo, y estaba todo igual, casi igual.

Y ahora quiero volver, a dormir, a cenar, a desayunar, con él. Para ofrecerle la oportunidad de guardar un recuerdo así.

Nunca le he agradecido, a ella, esa parte de mi infancia que le debo.

terça-feira, 1 de setembro de 2009

El ego, cómo es el puñetero

Y ahí lo tienen. Sin trampa ni cartón. Y cuenta desde el mismito momento en que me lo he colocao. Prometo contenerme y no visitarme un porrón de veces para que suba el marcador.

¡Por éstas!


(Lo he puesto allá abajo, ¿veis? allí donde nadie mira. Sí, sí, al final de todo.)

Como casi siempre II

Mira, me llega con el hijo que tengo, ¿sabes?
No sé si me entiendes. Así que a ver si ocupas de una puta vez el lugar que se supone que tienes que ocupar y te preocupas de algo más que no sea tu propio culo.
A mí también me encantaría irme de cañas después de trabajar, que es que igual te crees que no lo hago por gusto, pero es que tenemos un hijo, no se si te acuerdas, y hay que bañarlo y darle la cena. Y para poder hacerla hay que ir a la compra, que lo mismo piensas que lo que hay en la nevera nace por generación espontánea.
¡No, hijo, no! Y la ropa tampoco se va solita a la lavadora, ¿eh? Aunque a ti te lo parezca.

¡Que estoy harta, joder, harta! Y cansada, estoy derrotada, siempre. Y tú sigues igual, sin mover un dedo, sin preocuparte por nada, ni una puta responsabilidad. Tu trabajo y punto. El resto es todo cosa mía. Y ya no puedo más, de verdad, te juro que ya no puedo más. Prefiero estar sola a creer que tengo una compañía que nunca llega.

Y no pises ahí, ¡coño! ¡Que está fregao!

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Tan sólo pretendo poder ser yo misma a tu lado.