Hace ya 8 meses fui a la primera reunión de padres en el nuevo, y primer, colegio de mi hijo.
Mientras permanecíamos muy atentos sentados en las diminutas sillas del aula de infantil, la profesora nos hablaba del proyecto educativo, de felicidad, de constructivismo, de respeto, de método científico, de apoyo, de participación, de asambleas, de integración, de diversidad, de desarrollo, de normas...
En aquel momento me emocioné pensando que el día a día de mi hijo contendría todo eso, impulsado por alguien que cree en lo que hace.
Esta semana mi hijo ha traído una nota en la mochila. En clase van a tratar el tema de la publicidad y nos piden que busquemos con nuestro hijo, para enviar al colegio, etiquetas de productos alimenticios que a poder ser contengan algunas de las letras de su nombre.
No es la primera vez, el trimestre pasado fueron los elefantes y la familia.
Y yo, que soy primeriza, me emociono sin remedio.