No me lo pensé dos veces.
En cuanto me vio en la puerta del comedor, Cibrán me dijo:
- Yo a la piscina, hoy, no quiero ir.
- No, hoy no hay piscina. Y no te imaginas a dónde vamos a ir en su lugar.
- A la playa- dice la cuidadora.
Cibrán abre los ojos como platos:
- ¿De verdad, mamá?
- ¡Sí, señorito!
- ¿Pero ya se puede ir?
- Hoy sí.
Y todo apunta a que mañana toca de nuevo.
Pudiendo ir a la playa la primavera se lleva mejor.
ResponderExcluirEs fantástico, poder ir a la playa en abril... y en Galicia!!
ResponderExcluir(A no ser que quisiseras hacer un juego de palabras que no he entendido,a tu titulo le falta una "n").
http://madredemarte.wordpress.com/
Las prisas, Madre, las prisas...
ResponderExcluirGracias por avisarme.
Nos hemos cruzado, por cierto, andaba yo por tu blog, ahora mismo. :-)
Uy! Jesús, es que a mí la primavera me encanta,aunque ella quiera hacerse la dura conmigo.