Vas dejando cadáveres a tu paso.
Algunos ni siquiera fallecen y quedan agonizantes, inertes, a la espera de que un alma compasiva los remate.
Unos, en ese sufrimiento extremo, pierden la conciencia de sí mismos y, de tanto sufrimiento, dejan de sufrir, dejan de sentir y los inunda la Nada que los habitará para siempre.
Otros, muy pocos, se salvan.
Pero a mí no me atraparás, amor, a mí no.
Somos cometas.
ResponderExcluirOh!, Te habías reactivado.
ResponderExcluirPensar en salvarse es... de locos.
Bien hallada
Somos tan poca cosa, Jesús...
ResponderExcluirHe vuelto, NáN. Pero vuelvo a desaparecer de cada poco. Estoy yo un tanto así, últimamente, que no me tengo mucho en ningún lado.
Dicen que es la edad. Yo pienso, más bien, que soy yo.
Besos para ambos, fuertes, fortísimos.
¿Esa foto es tuya???
ResponderExcluirBesos!
Nooo, que va!
ResponderExcluirInternet es grande :-)