quarta-feira, 14 de setembro de 2011

De tal palo...

Ayer, al llegar a casa exhausta, me desplomé en la cama de Cibrán mientras él jugaba en la alfombra. Dormité hasta que él me tocó la pierna: Mamá, que te duermes!

Se nos había hecho tarde y aún teníamos que ir al super antes de salir escopetados para no llegar tarde a teatro.

Me levanté diciéndole que nos íbamos pitando y fui a por el bolso. Cuando volví a su habitación a buscarlo, porque tardaba, allí estaba él, recogiendo todos los juguetes y colocando cada cosa en su sitio. Al levantarse arrugó la alfombra y, al darse cuenta, volvió sobre sus pasos para estirarla.

... tal astilla.

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