Se despertó y se sorprendió de no tener compañía.
Recordó que su sobrino, el día anterior, le había preguntado por qué tenía una cama de matrimonio si siempre dormía sola. No siempre, le dijo, no siempre.
Se sorprendió todavía más de que aquella soledad no le doliese ni lo más mínimo. Se sobresaltó al darse cuenta de que le agradaba.
Y ya no pudo seguir durmiendo.
Es que es agradable. Sobre todo la alternancia.
ResponderExcluirEstoy con NáN...a mi me gusta y para notarlo la cama tiene que ser grande...
ResponderExcluirMás metros de sábana para planchar.Y la luz subiendo.
ResponderExcluirSirwood
Uy! Pero si las sábanas no se planchan!!!
ResponderExcluirAh, vaya...¿y los calcetines, y la ropa interior? ¿tampoco?...
ResponderExcluir:( LLS.
TAMPOCO!!!
ResponderExcluirNi los trapos de cocina, ni las toallas, que la veo venir...
¿Cómo que no se planchan? Como la oiga mi tía Resurrección...
ResponderExcluirSirwood
¡Qué bonito nombre, Resurrección!
ResponderExcluirS.