quarta-feira, 3 de fevereiro de 2010

Desde mi ventana

el mar no se ve.

Pero está, allá, a lo lejos.

Y esta es la estampa que me encuentro, en estos días despejados, casi primaverales, cuando llego a mi lugar de trabajo.
No se confundan, no ordeñamos vacas, fabricamos máquinas infernales.

10 comentários:

  1. jaja...

    miro a la izquierda y nada que ver con lo que veo yo

    y eso que hacemos libros infernales
    y no máquinas

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  2. Yo me considero una privilegiada.

    Olor a sal, y casí puedo acariciar el mar.

    ¡Que lujo!, aunque tu vista no está nada mal tampoco, ¿eh?

    Bicos

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  3. No se olvide. No se acostumbre.

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  4. Aroa, te cambio mis máquinas por tus libros, con paisaje y todo, eh?

    Si se viese el mar, Nicole, esto sería la pera.

    Depiladoras? Que va! Muchísimo peores!

    No me acostumbro, Porto, lo disfruto un montón.

    Buenas noches, que mañana toca trajín mudancero.

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  5. Este comentário foi removido pelo autor.

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  9. Pues qué suerte que tienes ventana, yo comparto despacho con dos más y no tenemos ni una ventana... :-(

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